martes, 29 de marzo de 2011

APROXIMACIÓN AL ANÁLISIS DE LA PROBLEMÁTICA EN LA ANATOMÍA HUMANA DESDE LA VISIÓN FEMENINA DEL ASUNTO


NOTA: Este es un texto viejíiiiiiisimo, pero como algunos no lo leyeron, lo pongo. (Si ya lo leíste, ¿porqué en vez de quejarte pasás a otro?)

El problema del cuerpo humano comienza, tanto en el hombre como en la mujer desde la llegada de éstos al mundo. Pero, a modo de acotar el siguiente análisis, y también para ser sinceros, vamos a ir a la parte, o a las partes, que realmente interesan, es decir las zonas erógenas. Sí, queridos amigos, porque si la gente en general considerara un brazo como erógeno sería fuente de múltiples análisis, de libros titulados "El brazo en las relaciones sexulaes de los Marroquíes", o "El brazo, ese misterio inquebrantable". Pero no, no se considera al brazo como una zona erógena. Cuando podría serlo, dejando la vagancia, con un poco de imaginación y explorando un poco.

Las zonas erógenas más conocidas por el ser humano son: las mamas, usualmente conocidas como tetas, la vagina, usualmente conocida como concha, el pene usualmente conocida como pito, los testículos, usualmente conocidos como huevos y el culo, usualmente desconocido (usualmente).

En este texto, para no cansar a los lectores, nos dedicaremos a dos de las partes más conocidas: los senos y el pene. Si bien, en algunas personas estas partes son muy conocidas, es más, hasta se podría decir de público conocimiento, este análisis se referirá a generalidades y no a casos particulares. Ahora bien, pasemos al análisis.

Podríamos decir que hay al menos dos puntos de análisis en los que las mamas y el pene se relacionan, y en ninguno de éstos puntos voy a tocar el tema de la conocida "rusa" (lo siento por los que se iban entusiasmando): Uno de esos puntos es el tamaño, el otro la caída.

Respecto del tamaño, no podemos afirmar que el tamaño de las mamas es directamente proporcional al tamaño de pene que consiguen o a la inversa, que a mayor tamaño de pene mayor será el busto. En la práctica esto no se da. Las tetas consiguen lo que pueden y el pene lo que hay. La concordancia va por otro lado. El tema del tamaño es algo básicamente masculino. Muchos varones en la adolescencia suelen medir el largo de sus mienbros y dar elogios a quien tenga el órgano de mayor longitud, fantaseando con la cantidad de placer que puede otorgar, como si fuera una regla de tres simple directa. Pero no, la matemática en contadas ocasiones tiene que ver con el sexo, y esta no es una de esas ocasiones. Y así, generación tras geneación, los adolescentes miden sus miembros con una regla o cualquier otro instrumento. MAL HECHO. El hombre no debería medir el largo sino el diámetro, ya que debería saber: 1- va a llegar como mucho a cierto tope, y de ahí NO VA A PASAR, POR MÁS EMPEÑO QUE LE PONGA (no sean tozudos); 2- el placer sexual se da por fricción, no por tocar un botón que una tiene muy adentro y al cual hay que llegar. Es así como, teniendo en cuenta donde se está metiendo, el hombre con poco diámetro tendrá problemas para "friccionar", y el hombre de mucho diámetro, bué, el hombre de mucho diámetro por lo general sólo causa dolor.

El tema del tamaño de las tetas es diferente (¿o alguna vez vieron una teta que pareciera un pito?, si es así llámenme así me muero de risa). Como dice el refrán "una novia sin tetas más que novia es un amigo", bastante conocido entre los varones, que ha llevado a las adolescentes a medirse, casi compulsivamente, el contorno del busto y rezar para que el centímetro marque una medida más grande a la conseguida el día anterior. MAL HECHO. No se debe medir el contorno, ya que un día, mi querida borrega, verás que el centímetro avanza a pasos agigantados, para luego descubrir con tristeza que has engordado cual vaca, tenés la espalda de un jugador de rugby y te caes para los dos lados de la cama. Encima, en este contexto, tus "dones" lucen más pequeños que nunca. ES LA TAZA LO QUE IMPORTA. Pero, tal como algunos describen la naturaleza femenina, de por sí inconforme y cambiante, NI TAZA NI CONTORNO. Las mujeres de lo que hablan es de la caída. Es decir, si "las tienen caídas" o no. Hay tetas firmes, hay tetas caídas y hay quien no tiene ni para que se les caigan. Las tetas firmes son una bendición, claro está, una bendición con fecha de vencimiento. Cuando caduca, siempre en fecha incierta, indefectiblemente se caen. Van a caerse sí o sí, hagan lo que hagan. Pastillas, gimnasia, corpiños especiales, estampidas, rezos, masajes, procesiones, NADA, SE- CA-EN. Y si tenemos en cuenta el tema del tamaño, debemos saber que mientras más caídas estén, mayor será la taza. Desgracidamente, y para ya pasar al próximo tema, si el motivo es la caída, la regla dice: "cuanto más grande es la taza, más impresentables serán esas tetas".

Y así llegamos al otro punto de análisis, la caída. Sabido es que la naturaleza es muy sabia. A ellos les diré que, ante la caída (sí, mis amigos, vuestra firmeza también tiene fecha de vencimiento incierta), tienen que tener en cuenta que la naturaleza dotó a las féminas de una ternura y comprensión inusual, y, aunque éstas características fallaran, siempre pueden recurrir al sentimiento de culpa que todas tenemos (Nota para las mujeres: no pongan esa cara y sean sinceras, esta bien, no pido milagros, no con ellos, sean sinceras con ustedes, todas alguna vez se plantearon el típico: "soy yo que no le muevo un pelo y no me lo quiere decir"). En cambio, a ellas les diré que toda preocupación es en vano. Una siempre puede recurrir al verso de que es tímida (aunque tengas más corridas que Leguizamo, se lo creen o no les importa), que la luz te gusta apagada y luego... ¡LISTO!, después de todo ellos nunca tuvieron tan buen tacto como para darse cuenta si a esa altura son las rodillas o tus tetas.

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